Con la llegada del verano nos apetece menos consumir vino tinto, quizá por el color más oscuro lo relacionamos más con el frio, mientras que el vino blanco o rosado se relaciona más con el verano y la primavera.
Aunque cualquiera de estos vinos blancos y rosados que antaño eran bebidas exclusivamente estacionales han pasado a encontrarse en cualquier época del año en los establecimientos, si es cierto que son más demandadas en verano.